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En la cuarta temporada de “Frasier” todos los personajes se lanzan a la búsqueda del amor. Y supongo que no es casualidad tratándose de una
serie sobre psiquiatras, ya que el amor es el asunto que más pacientes lleva a sus
consultas. Sus averías provocan
todo tipo de neurosis y efectos psicosomáticos que sólo se curan pagando 100
pavos por hora de charleta. Y mucho más, me imagino, en los despachos de Seattle con vistas a la Aguja Espacial.
Niles, por ejemplo, el hermano de Frasier, vive
enamorado de Daphne. Pero Daphne, deslumbrada por los hombres con mucho músculo
y poco cerebro, le mira como a un ser asexuado, un medio hombre o un medio elfo.
Así que Niles, desconsolado, regresará con el rabo entre las piernas a su matrimonio tan rico
en sábanas de seda como improductivo en secreciones para mancharlas. La suya sería
una historia trágica si no fuera porque su hermano no le cobra ni un dólar cuando
acude a su vera desconsolado.
Frasier, por su parte, a
sus 43 años bien llevados, no termina de encontrar el amor que él tanto anhela. Ni siquiera encuentros
esporádicos para ir acallando los instintos, que le pían en las tripas como polluelos
abandonados. Es verdad que en algún episodio se le presentan oprtunidades muy prometedoras, pero por el bien de la comedia todas terminan en
fiasco mayúsculo o en ridículo espantoso. Lo importante es que
la trama avance, y que se sucedan las peripecias para que Frasier permanezca estancado
en la hambruna sexual. Hay quien se ríe mucho con esto, pero yo no tanto.
Porque no termino de creérmelo.
O sí... Porque a Frasier se
le nota demasiado la urgencia de su corazón, mucho más candente que la de su pene. Y eso, en el Mercado de las Oportunidades, resta
más que suma. El ejército de divorciados y de divorciadas ya solo busca
pasárselo bien: echar un polvo cuando sube la presión y el resto del tiempo disfrutar de
la vida como viene. Sin complicaciones de las que hurgan en la herida. Son malos
tiempos para la lírica. Para el enamoramiento de las grandes palabras. Para los líricos como Frasier Crane.
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