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The Bikeriders

🌟🌟🌟


La película no está mal, pero yo no puedo empatizar con ninguno de sus personajes. No me sale. Me importa un pimiento lo que les pase. O no exactamente: prefiero que les pasen cosas malas a que les pasen cosas buenas. Cuando se pegan una hostia con sus motos siento que se hace un poco de justicia divina. Aguanto hasta el final por estar pendiente de los que se estrellan, no de los que se salvan, como sería menester. 

Aquí, en La Pedanía, también hay varios bikeriders que pasan con sus motos a ciento y pico por hora en las zonas restringidas a treinta, con su petardeo insufrible y sus aires de chuleta, tomando las rectas como si estuvieran en el Gran Premio de Su Puta Ralea. Si pasan a las dos de la tarde, camino del chiringo donde les venden la mandanga, pues bueno, te cagas en su puta madre y ya está. Pero cuando pasan a la dos de la madrugada, porque ellos son libres como el viento y salvajes como la autopista, lo que les deseas, desde lo más profundo de tu corazón, es una hostia de campeonato contra el primer obstáculo que Yahvé interponga en su camino. Hasta que recupero el hilo del sueño yo también experimento un odio libre como el viento y salvaje como la autopista.

Ver “The Bikeriders” es un poco como ver “Succession” o “La zona de interés”: un paisaje lleno de hijos de puta. Pero los ricachones, y los asesinos de las SS, aunque son unos psicópatas muy peligrosos, al menos tienen una inteligencia macabra, un estilo, un “outfit”, como dicen ahora, y su perversidad procede de capas tan oscuras de la mente que nos dejan siempre perturbados, como intrigados o preocupados por nosotros mismos. Pero los bikeriders de chupa tejana y cruces filonazis no son más que gamberros borrachuzos. No hay nada interesante en su postureo: es un macarrismo que nace y muere en el puro macarrear. El problema es que estos tipejos, no sé cómo, siempre consiguen dejar sus genes en el mundo, para que las motos atronadoras jamás se pasen de moda. Nunca les faltan mujeres fascinadas por su estupidez improductiva, como esta chica tan guapa -pero tan lerda, y tan insufrible- de la película. 




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