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Zodiac

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Recuerdo que vi “Zodiac” en unos multicines muy poco cinéfilos de León. Las imágenes de la primera escena se veían borrosas, desenfocadas, como de pesadilla de las víctimas que mueren, o de enajenación del psicópata que dispara. Pero luego salían los policías en sus comisarías y los periodistas en sus redacciones y la película seguía pareciendo una melopea de David Fincher en Nochevieja. Esto ya no era cosa del flashback ni de la narrativa peculiar: algo se había jodido de verdad en el proyector. 

Miré a los demás espectadores buscando un reflejo de mi extrañeza, pero la mitad estaban al móvil o al recuento de palomitas en el cartón. Y la otra mitad, la supuestamente cinéfila, seguía la película como si tal cosa, impertérrita, pensando quizá que aquello era un homenaje a Jean-Luc Godard. Nadie carraspeaba, nadie silbaba, nadie movía una ceja. Parecían drogados, o atontados, muñecos de cera puestos por la empresa para crear sensación de éxito comercial.

Abandoné la sala a riesgo de perder el hilo de las pesquisas y me topé con un encargado que pasaba por allí. 

- Pues gracias, caballero, no sabía nada, no se preocupe, pero sepa usted que nadie hasta ahora se había quejado, y que si no le gusta la película puede irse a su puta casa y esperar a que salga en DVD. Muchas gracias por su aviso, ahora mismo se lo digo al proyeccionista. 

Regresé a la sala y a los pocos minutos alguien manipuló el objetivo del proyector y las imágenes se volvieron diáfanas e inteligibles. Nadie en la sala carraspeó, ni aplaudió, ni exclamó "ya era hora" o algo parecido. Yo flipaba en colores, pero “Zodiac”, con su enredo de investigaciones criminales, no dejaba mucho tiempo para flipar. A la media hora, cuando todo parecía encauzado, la imagen se volvió a desenfocar. No tanto como la primera vez, pero lo justo para despertar de nuevo mi cabreo y mi perplejidad. Pensé en volver a reclamar, pero desistí del intento. Me iban a tomar por un desequilibrado, por un Zodiac de León con ganas de buscar camorra para asesinar. Solté varios tacos entre dientes y me despatarré en la cómoda butaca. Fue la última vez que pisé aquellos cines. He visto "Zodiac" muchas veces en DVD. Sigue siendo un peliculón.






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