🌟🌟🌟
-
Sí, buenas noches, dígame...
-
Buenas noches, Carlos. Enhorabuena por el
programa.
-
Muchas gracias.
-
Quería preguntarte por unas películas, a
ver qué te parecen...
-
Vamos allá... (tono de resignación)
-
La primera es “Desaparecido en combate
II”. Me la ha recomendado un amigo. ¿Tú qué opinas?
-
Pues que deberías cambiar de amigo...
Este diálogo se repetía cada
noche en “Polvo de estrellas” de Antena 3 radio, el programa de Carlos Pumares que
venía tras las peroratas nocturnas de José María García. Y hoy, recordándolo, mientras
veía “Chavalas” en Movistar, he considerado muy seriamente cambiar al amigo que
me la recomendó. No cambiarlo exactamente, porque le quiero mucho, pero sí
hacer oídos sordos de ciertas recomendaciones suyas que ya nacen sospechosas. ¿Qué
tenemos nosotros en común con estas chavalas del barrio barcelonés que ni
siquiera son chavalas, sino más bien mujeres hechas y derechas, o retorcidas?
Pues nada. Pero también es cierto que no tenemos nada en común con los marines
en Vietnam, o con los ricachones de Manhattan, y sin embargo vemos las
películas que los retratan.
Y entre eso, y que el
amigo insistía con eso, con insistencia, pues yo fui y le hice caso.
Al principio sale Vicky
Luengo con otro papel rotundo de los suyos: tan guapa y tan dura, tan seductora
y tan borde. Y te animas... Pero luego... Esto lo podría haber rodado yo si
tuviera los conocimientos técnicos de una cámara. “Chavalas” es un pastelón
suburbial que termina, eso sí, con una de las frases del año: “La chica puede
salir del barrio, pero no el barrio de la chica”. Y es cierto. Yo, por ejemplo,
aunque viva lejos, nunca he salido del barrio donde escuchaba el programa de
Carlos Pumares en las madrugadas de mi adolescencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario