🌟🌟🌟
“Pero esta gente... ¿qué ha visto en la película que yo no he
visto”?, me pregunto sorprendido, cuando repaso las críticas del personal y leo
que “El ministerio del miedo” se lleva notables y sobresalientes entre el
aplauso general. “¡Una obra maestra de Fritz Lang!” y tal y cual...
Y en mi entraña, de nuevo, el síndrome del impostor. El miedo
a no ser un ciudadano culto y refinado, distinto a estos paisanos de La Pedanía
que jamás han escuchado el nombre de Fritz Lang ni falta que les hace. De nuevo
el temor a ser un simple provinciano entregado al postureo y a la tontería
intelectual. Un besugo con aspiraciones de tiburón que se planta ante “El
ministerio del miedo” y a la media hora se pregunta qué narices está haciendo en
el sofá, asumiendo como “historia imprescindible del cine” este argumento sin
pies ni cabeza, estas actuaciones acartonadas, estas situaciones casi risibles de
los londinenses bajo las bombas de la Luftwaffe.
¿El emperador va vestido y solo yo imagino las vergüenzas? ¿O
en verdad va desnudo y solo yo me atrevo a señalarlo? Pues no, espera, porque
en medio de los aplausos hay otro internauta con cara de palo, un medio hermano
con gesto de indiferencia, que apenas le ha puesto un 6 a la película y que
explica que el propio Fritz Lang renegaba de su criatura porque la Paramount se
la había cercenado y censurado. Que el viejo Fritz nunca quiso volver a verla y
que siempre cambiaba de tema cuando le insistían en preguntar. Ya me quedo más
tranquilo, la verdad, aunque no del todo...
Por lo demás, tengo que confesar que vine a “El ministerio
del miedo” buscando documentación para los próximos ministerios del miedo que
están por venir, cuando el PP gane las elecciones y VOX reclame carteras
estratégicas como condición para su apoyo. Ministerios del miedo serán el del
Interior, con un matón de responsable; el de Educación, con un patriota en el
despacho; el de Exteriores, con un paramilitar en el desfile; el de Hacienda,
con un corrupto en los caudales; el de Sanidad, con un hijoputa que nos robe
hasta las vendas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario