Los años nuevos (2021-2022)

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Nochevieja de 2021

Poco antes de atacar los langostinos en casa de mi madre, N. reaparece por sorpresa en mi teléfono para felicitarme el año y prometerme que el día 2, esta vez sí, y no como la otra vez, cruzará la cordillera para conocerme. 

La otra posibilidad -que yo vaya a conocerla cerca del mar- siempre la descarta de plano, como si las vías del tren solo tuvieran un sentido. Hay algo muy inquietante en su negativa, pero ella es una mujer guapísima, sospechosamente inalcanzable, y yo prefiero hacerme un poco el despistado. 

N. me asegura que no estaba muerta, ja já, sino solo de parranda. Que se le han ido los días y las noches un poco de la mano... Llevamos un mes jugando al gato y al ratón pero nos habíamos conocido dos años antes, en Tinder. Por aquel entonces las conversaciones quedaron en punto muerto y yo ya no supe más de ella. Ni ella de mí. O bueno, sí: a veces nos seguíamos furtivamente en internet. 

N. reapareció un mes antes de la Navidad con un mensaje de whatsapp -hola, perdona, qué tal vas... - como si la conversación se hubiera interrumpido por un fallo en la cobertura. El “Decíamos ayer” de fray Luis de León. Yo estoy muy interesado en ella, telemáticamente enamorado, pero al mismo tiempo me mosquean sus apariciones de oasis o de espejismo. Su falta de explicaciones razonables. Sus mentiras y sus mentirijillas.

El día 2, por supuesto, no aparecerá. Lo hará el día 7 como regalo de Reyes, siempre tardía, sin reloj ni calendario.


Nochevieja de 2022

Aunque esa Nochevieja nos cruzamos muchas promesas de amor eterno, N. y yo, en el videojuego de nuestra relación, aún no henos alcanzado el nivel de juntar a las dos familias en una mesa comunal. Así que cenaremos separados por la cordillera y por una cierta desconfianza. 

Cuatro meses antes, en verano, hemos viajado juntos por Europa y hemos descubierto que somos espíritus afines. De pronto lo banal se tornó muy trascendente y nos asustamos un poco, así que rompimos, volvimos, nos juramos amor eterno esta vez de verdad... Todo ello en un trimestre.

Esa Nochevieja, los mensajes de amor se prolongarán hasta las 2 ó 3 de la madrugada. Llegaremos a insinuar cosas muy serias y formales. Luego me dijo que ya se iba a dormir. Yo le dije lo mismo. Una parte de mí confiaba en ella. La otra no.




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