🌟🌟
En los primeros títulos
de crédito aparece Mediaset como una de las productoras de la película. Y es justo
ahí cuando asumo que la película no va a ser ninguna maravilla. Que voy a ver
“Malnazidos” de vistazo en vistazo mientras charlo con el retoño o respondo a
mis rivales en el Apalabrados. Cine de verano, insustancial y tontorrón. Me
dieron ganas, incluso, de verla sin gafas -que total, mira tú- para así despojarme
de esta fotogenia gafapasta y enfrentar “Malnazidos” como un espectador más parecido
al target de Tele 5.
(Si no lo hice fue porque
de pronto apareció Aura Garrido disfrazada de guerrillera republicana y Aura
Garrido no merece el cristal esmerilado de mis dioptrías. Ella se merece mucho
más que la distracción de un intelectual atrapado en un espectáculo del
bombero-torero).
Y no es que yo viniera, precisamente,
a ver una de zombis dirigida por Ingmar Bergman o por Michelangelo Antonioni. Pero
Mediaset -joder, ¡Mediaset!- es como el escalón más bajo del riesgo y de la
creatividad. Sus directivos engominados jamás invertirán en un producto que se vaya
por los cerros del autor o por los bosques de lo artístico. Ni, por supuesto,
en un producto que alimente un mensaje revolucionario de clases trabajadoras.
“Malnazidos” es una película sobre la Guerra Civil, pero ya no es como aquellas
películas que se producían bajo el amparo de Pilar Miró. Aunque aquellos
socialistas iniciaron el desmontaje de las siglas históricas de su partido, luego,
en las películas, dejaban claro quiénes fueron los agredidos y quiénes los
agresores en aquel golpe de Estado que ahora llaman “guerra fratricida”.
El mensaje de
“Malnazidos” es pura basura ideológica: se dice que no hubo ni buenos ni malos.
Todos víctimas. Que España estaba mangoneada por Hitler y por Stalin. Que Franco
y sus asesinos nada: unos títeres. ¿Los curas?: de rositas, buena gente, aunque
algo depravada. Salen el nazi puto-loco y el psicópata con gafitas del PC. El
falangista compadrea con el rojo alrededor de las pasiones nacionales: el
vinazo, y la baraja, y el culo de las señoras. Tópicos de una guerra perdida y manipulada.
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