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El silencio de otros

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- “Franco… ha muerto” -dijo Arias Navarro en la tele, blanquinegro y cariacontecido, en lo que quizá fue el primer meme cachondeable de nuestra democracia. Y pongo la palabra en cursiva porque Franco estará muerto, sí, y dentro de poco, al parecer, enterrado en otro lugar -que habrá que verlo de todos modos: quién tiene huevos de hacer el unboxing definitivo bajo una lluvia de brazos alzados como lanzas en la rendición de Breda.

    Pero el franquismo, su legado histórico, para satisfacción de los nostálgicos y decepción de los críticos, sobrevive con muy pocos achaques. Ahora hay rojos en el Parlamento, y maricones que celebran su mariconez, y catalanes que tocan los cojones con la Senyera y los segadores. Pero lo demás, lo esencial, que son las estructuras económicas, los privilegios de la Iglesia y las prebendas de quienes ganaron la guerra, permanecen sin tocar en el sanctasanctórum de las leyes. Atado y bien atado...

    Los tipos que ganaron la Guerra Civil se han ido muriendo poco a poco, de causas naturales en su mayoría; pero sus hijos, y sus nietos siguen ahí, ocupando las cátedras, las judicaturas, las subsecretarías, las poltronas en los consejos de administración. Las carteras ministeriales, incluso, cuando la mitad del censo electoral se queda en casa y el voto de las monjitas, y de sus ancianitos, y de los católicos que salen de misa y nunca se olvidan de cumplir su deber democrático, inclina la balanza. El Ejército Rojo sigue cautivo y desarmado desde aquel infausto 1 de abril de 1939, y lo único que nos queda, a sus soldados honorarios, es seguir protestando y poco más. Haciendo documentales como El silencio de otros, o dando la castaña en estos blogs provincianos que nadie lee. Es nuestro deber, democrático, sí... 

    Lo que me parece una gilipollez es esa manía de exhortar a los vencedores a pedir perdón. Y en el documental lo hacen varias veces… ¿Perdón de qué? ¿Por no sacar a los fusilados de las cunetas? ¿Por haber robado niños en las casas de maternidad? ¿Por haber torturado a presos políticos en los sótanos de la DGS? Esa gente ganó una guerra que consideran justa y necesaria. Incluso Santa, cruzados de Jesucristo y la hostia en verso... Se morirán defendiendo su legado. Ganaríamos mucho tiempo, y mucha salud, dejándolos en paz y apretando las clavijas a los que sí consideramos como nuestros: esos políticos de izquierda -ay, que me muero de la risa- que cuando llegan al poder se olvidan de meter mano en todo esto, sólo la puntita del dedo, a ver si el agua sigue quemando y es mejor silbar con disimulo. Haciendo como que se hace sin hacer nada en realidad…






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