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Searching

🌟🌟🌟

Es la forma, y no el fondo, lo que salva la trama detectivesca de Searching. Supongo que no soy muy original al decirlo, pero tengo que empezar por algún lado, ustedes me comprenderán… Es sin duda meritorio que toda la acción -toda- transcurra en pantallas de ordenador, y en pantallas de televisión, metapantalleando nuestro televisor. Y qué bien funciona el Macintosh del señor Kim, con qué agilidad pasa del estado de suspensión al de actividad, con qué celeridad ejecuta las acciones, incluso con tres o cuatro aplicaciones abiertas al mismo tiempo: la red social, la agenda, el vídeo Quick Time en marcha… Nada que ver con esta carraca de la China mandarina en la que yo escribo, en la que navego, en la que compruebo día a día la mengua continua de seguidores. Pero de esto último, claro, el cacharro no tiene la culpa: es lento, pesado, fallón, pero las letras en el Word todavía no se las inventa.



    ¿Que el recurso de Searching es un poco forzado en ocasiones? Sí, claro, pero nos prestamos al juego, juguetones, sorprendidos por la audacia del experimento. Sin eso, la historia de David Kim buscando a su hija adolescente -¿huida, secuestrada, asesinada?- hubiera sido un thriller del montón, de actores desconocidos, de música machacona, ideal para echar la cabezada en la sobremesa de las cadenas privadas, ahora cuando acabe el Tour de Francia, que antes era una carrera donde se competía y se echaba el bofe y ahora es una fraternidad en la que todos los favoritos entran en meta cogidos de la mano, juntos como hermanos, y miembros de una iglesia, alimentando nuestro sueño en la galbana veraniega. Searching, además, es muy de cadena privada porque tiene un mensaje moralizante, culpabilizador, acusando al señor Kim de no estar al loro de su hija, de no estar al tanto de sus amigas, de sus ligoteos, de sus idas y venidas, como si fuera tan fácil seguirle la pista al adolescente, o adolescenta, que vuelve a casa para cenar y responde a todo con monosílabos. Se ve que los guionistas del invento todavía no han pasado por esa fase de la patermaternidad. O que tuvieron mucha suerte.



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