Tierra de mafiosos

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Los Soprano, como los Corleone, son unos profesionales que sólo sacan la pipa cuando no queda otro remedio. Son unos psicópatas, sí, pero unos psicópatas con raciocinio. Lo primero que aprenden en las calles es que el aleteo de una bala en Nueva York puede provocar un terremoto en el prostíbulo más exclusivo de Las Vegas. Ellos evitan las muertes gratuitas o excesivas para que el equilibrio inestable no se vuelva tormenta devastadora.

Los Harrigan, en cambio, o los Stevenson, que son los clanes enfrentados en "Tierra de mafiosos", son dos familias cuyos miembros lo mismo entran y salen de la cárcel que entran y salen del frenopático. Están locos de atar. A lo que más se parece “Tierra de mafiosos” es a un tebeo de Mortadelo y Filemón. O a un episodio animado de los Looney Tunes. Aqui todo el mundo es como Bigotes Sam, el pistolero loco que la emprendía a tiros con el primero que le miraba de soslayo.

 - Me cargué a ese fulano –y luego me comí sus ojos y le puse la polla sobre la cabeza- porque se llamaba Michael y a mí los Michael siempre me han dado mala suerte en los negocios. 

Me lo invento, sí, pero en “Tierra de mafiosos” es todo un poco así. A lo Tarantino, pero mal. Bochornoso. Pierce Brosnan no para de hacer el ridículo y Helen Mirren -que va de gran dama del cine y lo subraya imponiendo su nombre durante muchos segundos en los títulos de crédito- está tan pasada de rosca que casi mueve más a la risa que a la tensión.

Todos los personajes de “Tierra de mafiosos” son morralla moral. No hay ninguno que te dé pena cuando muere ejecutado. Lo mismo los psicópatas vengativos que sus esposas enamoradas. Sicarios zumbados y putas amorales: en “Tierra de mafiosos” no hay cabida para ninguna flor de la primavera. 

Además, cada generación de los Harrigan y los Stevenson parece más perturbada que las anteriores, así que ya amenazan con el estreno de una segunda temporada. Conmigo que no cuenten. Estoy cansado de perder el tiempo con estas series de "tíos con cojones” que recomienda Arturo Pérez Reverte en la fachosfera.



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