Mostrando entradas con la etiqueta Historia de un matrimonio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Historia de un matrimonio. Mostrar todas las entradas

Historia de un matrimonio

🌟🌟🌟🌟🌟

El amor termina igual que empieza: de sopetón. Se enciende con el resplandor súbito de un cuerpo y se esfuma con el fundir inesperado de una bombilla. No hay transiciones, estadios intermedios, componendas de pros y contras escritos en una libreta cuadriculada. Se ama o no se ama. Y la misma duda ya es síntoma del desamor.

    Hay algo, sin embargo, en nuestra bioquímica animal, una endorfina que nos protege de los dolores que llegan como puñaladas, que se niega a admitir el fin del amor cuando la fiesta termina y el camarero apaga la música para que ahuequemos el ala. Y del mismo modo que cuando nos sabemos enamorados lo reconocemos con certeza, y nuestras tripas entonan una melodía que es una sonata maravillosa de Mozart, cuando nos intuimos desenamorados las sensaciones son más confusas, menos rotundas, y lo que experimentamos es una cacofonía de Bela Bartok a la que no terminamos de cogerle el hilo, ni el significado real, a la espera de saber si se trata de un mal sueño o de una pesadilla demasiado real.



    ¿Qué sucede cuando en la pareja a uno se le apaga el amor y al otro todavía le resplandece? Que el todavía amante -que ya no amado- se queda descolocado, con cara de lelo, y se instala en un mundo fronterizo que es mitad dolor por el amor perdido y mitad esperanza por el afán de recobrarlo, pues ayer mismo el amor estaba ahí, indudable, y al día siguiente es inconcebible que ya no esté, esfumado tras la discusión última y definitiva.

    En Historia de un matrimonio, el personaje abandonado, el que se queda haciendo pucheros como un niño que no entiende nada, es el de Adam Driver, que intenta recobrar a Scarlett Johansson con cien argumentos que se estrellan contra su rostro imperturbable. A Scarlett se le terminó el amor. Punto. Escuchó la monserga de Bela Bartok en sus tripas y ya no pudo aguantar más. Mejor tomar la decisión irrevocable que vivir en esa cacofonía insoportable de notas discordantes. Adam Driver llamará varias veces a su puerta; llorará, implorará, tratará de razonar lo que es irrazonable, visceral en el ánimo de su mujer. Sufrirá, y mucho, pero le consolará saber que el cariño mutuo permanece, la gratitud pro los momentos vividos, porque Historia de un matrimonio no es Kramer contra Kramer, ni La guerra de los Rose, sino una comedia amable -aunque muy profunda- sobre dos personas que van a salir tocadas pero no hundidas, fácilmente reciclables para futuros amores que les van a devolver la sonrisa.


Leer más...