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The apprentice

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Los sociópatas nacen, crecen y se reproducen igual que las cucarachas de aquel anuncio de la tele. Lo que pasa es que “Cucal aerosol” no los mata ni los hace desaparecer. Hacen falta productos más fuertes que ahora mismo ya no se investigan por falta de inversión. Los sociópatas como Donald Trump sólo se mueren de viejos o estrellados en sus jets privados. Ya no les rozan ni las balas... O, como en el caso de Roy Cohn, se mueren carcomidos por una enfermedad verdaderamente democrática -casi hasta comunista- que no distingue a los ricos de los pobres a no ser en el tratamiento de los síntomas. 

Si no fuera por esas fatalidades de la biología -los telómeros de los cromosomas, los bichos microscópicos, los síncopes que a veces sufren los pilotos de aeronaves- estos tipejos serían inmortales como los dioses griegos y ya no necesitarían a las rubias tontas para ejercer la función reproductiva. Sólo las querrían para darle placer al cuerpo y para presumir de titi en los saraos de los poderosos.

Hay gente que todavía se pregunta si los sociópatas nacen o se hacen. Esta gente, por supuesto, todavía no se ha enterado de nada. La sociopatía, como la tontuna, es una tara genética que te despoja de un módulo fundamental en el cerebro. Que se lo digan a Isabel Natividad, que padecer las dos lobotomías a la vez. El módulo de la empatía con los demás no se regenera, no hay educación posible que lo restañe. Es un agujero neuronal del tamaño de un puño agarrando los billetes. 

En “The apprentice”, Donald Trump es un sociópata de nacimiento que encuentra en Roy Cohn el refinamiento necesario para ascender en la escala social de la delincuencia. Si no hubiera sido por Roy, nuestro amigo Donald se hubiera quedado en un constructor de medio pelo como aquellos que dirigían los clubs de fútbol españoles en los años 90. Un Jesús Gil del barrio de Queens, por poner un ejemplo. Pero gracias a Roy Cohn -que vio en él a un depredador sin atisbo de alma- Donald aprendió los trucos más sucios y los mantras más necesarios. Un aprendiz ejemplar que terminó superando a su lord Sith y llegó a ser el emperador negrísimo y anaranjado de estos rincones de la galaxia. 




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