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Bronca

🌟🌟🌟


Si el aleteo de una mariposa puede causar un tornado en la otra punta del mundo, una puñeta sacada por la ventanilla puede, desde luego, arruinar la vida de dos conductores que se cruzan en un centro comercial. “Bronca” podría haber durado, qué sé yo, tres minutos, si la coreana pija o el coreano currela hubieran sacado un pistolón de la guantera y a tomar por el culo la discusión. En la Corea de sus antepasados, por ejemplo, la cosa se hubiera alargado más tiempo porque allí, como en Europa, tiran de mamporro limpio o como mucho de tenedor de plástico si justo venías del Burguer King. Pero en Estados Unidos... jo. Cualquiera le saca la puñeta a un zopenco que viene a toda hostia por la carretera, como cantaban "Los Ilegales".

Es lo malo que tiene el estrés, que no te deja contar hasta cinco antes de puñetear. Es lo malo de ir quemado por la vida, aunque las quemazones sean en este caso muy diferentes: la pija porque aspira a cotas más altas de pijotería y el autónomo porque apenas llega a fin de mes entre chapuzas domiciliarias y desvaríos autobiográficos. Su pelea, claro, no es más que una espoleta de retardo. El primer aleteo de la mariposa... El primer episodio de “Bronca” apunta a la lucha de clases y a mí eso me gusta mucho. Me predispone a continuar. Perdida la guerra global se pueden ganar algunas batallas puntuales, de esas que elevan los corazones. 

Pero luego la serie, ay, no tira por ahí. Es más: se vuelve plomiza, discursiva, “íntima”. La vida misma y tal... Cada uno luchando por sus sueños y eso...  Uno, claro, comulga más o menos con las penurias del trabajador, pero el personaje de la muchacha se nos hace insoportable y no queda claro por qué tenemos que simpatizar. ¿Cómo se dice “to er mundo e güeno” en coreano-americano? No me lo quiero ni imaginar. 

(Entre tres minutos de discusión y una serie de 10 episodios innecesarios cabía un término medio, digo yo. La cosa mejora al final, pero hay que cruzar mucho desierto para alcanzarla. El negocio de Netflix no es captar nuestra atención, sino atornillar nuestro culo al sofá).




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Minari. Historia de mi familia

🌟🌟


Existe un dios vengativo que me castiga por no haber visto nunca un episodio de “Cuéntame”. Un Yahvé catódico, pariente de la bruja Avería, que considera pecado mortal no seguir las andanzas de los Alcántara por los estertores del franquismo, y por lo que quedó atado y bien atado, y que para hacer escarmiento entre los torcidos, y enseñanza entre los rectos, me envía -a veces por el recto mismo, como supositorios de penitencia- plagas egipcias en forma de series ñoñas, y de películas tontorronas. “Si no quieres melodrama familiar, toma dos cálices”, dice el versículo 4, capítulo 5, del Evangelio de San Imanol.

Si hace una semana, en “Years and years” -tan aclamada como infumable- me encontré con la familia Lyons-Alcántara en el futuro inmediato, y un fulano sin bigote que gritaba “I’m shitting on the milk, Gwendolyne”, cada vez que los hijos o la señora le contradecían en la mesa, hoy, en mitad de la nada americana, en Kansas, o en Oklahoma, a saber en qué paraje, me he encontrado con la familia Kim-Alcántara que trata de hacer pasta cultivando verduras en un descampado donde abundan los tornados y escasean los acuíferos. Se suponía que “Minari” era una película sobre el sueño americano, sobre emigrantes que trabajan duro y salen a flote en la tierra de las oportunidades. Ese rollo, sí, tan consabido, pero siempre tan didáctico, tan útil para comprender a estas gentes que dominan el mundo con sus portaaviones desplegados. 

Pero esa película más o menos interesante dura apenas media hora: lo que tarda la abuelita Soon-Ja en venir del pueblo surcoreano para ayudar con los nietos, impartir sabiduría ancestral y elaborar sabrosas recetas con el minari, que es una especie de berro oriental cargado de simbología: tras morir en su primera cosecha, renace más fuerte y lustroso en la segunda. Lo que nos faltaba: un Minari II...

 “Ternura infantil de portada de revista mormona”. Se lo he leído a un internauta. Genial. Rotundo. Pues eso.


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