Fosse/Verdon

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Cualquier otra mujer que no hubiera sido Gwen Verdon habría interpuesto varios maizales, y varios desiertos, y varias llanuras norteamericanas de esas tan vastas. O le hubiera malherido, de un sartenazo, o de un vaso lanzado a la cara, al descubrirle con la enésima muchacha en la cama. A Bob Fosse, digo, que fue un marido tan poco ejemplar. Un promiscuo tan poco arrepentido… Un coreógrafo de los bailes, sí, pero también un coreógrafo del sexo, donde también era muy creativo, y muy constante, otra maestría que aprendió en los escenarios de su juventud. 

    Si hacemos caso de lo que se cuenta en Fosse/Verdon, cada cásting para una película, o para una obra de Broadway, era una sucesión de polvos entre Bob Fosse y las candidatas a los papeles. El contrato con las bailarinas primero se firmaba en los dormitorios, y luego, si había aquiescencia y buen rollo, ya en los despachos. Hoy en día, gracias al movimiento #MeToo, Fosse no hubiera durado ni cuatro días en el negocio del espectáculo, pero los tiempos anteriores a los hermanos Wenstein eran eso, otros tiempos…

    La gran fortuna de Gwen Verdon es que no necesitaba a su esposo para seguir trabajando en lo suyo. Bailarina de prestigio y actriz solicitada, pudo prescindir de sus favores cuando comprendió que la infidelidad era irreversible: un rasgo de carácter, y una traición sin remedio. Sin embargo, separados en lo sexual, cada uno con su vida rehecha o desecha según el soplo de los vientos, Verdon y Fosse se mantuvieron unidos por un vínculo profesional y por una admiración mutua, y siguieron colaborando hasta el mismísimo final. I think I’m gonna die… Verdon colaboraba en las películas de Fosse, y Fosse colaboraba en los musicales de Verdon, y cuando hacía falta alguien de confianza que corrigiera los números, eliminara lo superfluo, aportara una idea fresca, no dudaban en llamarse por teléfono y presentarse para el rescate.

Fueron años de idas, de venidas, de polvos ocasionales para celebrar los viejos tiempos. Una hija en común, mucho cariño, viejas peleas... Amistad por encima de todo. De todo esto va Fosse/Verdon.