Sauvage

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La próxima vez que alguien diga -en el bar o en el trabajo, medio en broma medio en serio- que algún día habrá que “poner el culo” para llenar el frigorífico o pagar el alquiler, recordaré, en mis adentros cinéfilos, que hay gente como Leo, el protagonista de Sauvage, que pone literalmente el culo, y la boca, y lo que haga falta, para ganarse unos euros con los que ir tirando por la vida. Prostitutos, sí, que también los hay, por los márgenes de las carreteras y los baños de las discotecas. Prostitutos cutres, desesperados, con alguna dependencia mortal y una vida que esconder, atrapados en la misma miseria que sus compañeras de humillación, más conocidas, pero no más afortunadas. Putos de la farola, del árbol marcado, del banco asignado en el parque, que también se pelean a hostias con quien viene a rebajar el precio de la chingada, o de la mamada, de las que se hacen o de las que se dejan hacer, porque también aquí -o quizá sobre todo aquí- hay gente que siempre está  más jodida que uno, y no le importa arrodillarse con descuento, o con ofertas de primavera.




    No sabemos cuántos son, qué porcentaje ocupan en el gran problema, pero lo cierto es que no se oye hablar de los putos -y mucho menos de los putos que se ofrecen a hombres- cuando el debate de la prostitución se caldea, y las soluciones se esgrimen, y unos dicen que hay que seguir el ejemplo sueco y otros que los holandeses siguen llevando la bandera de la modernidad. En realidad, si lo piensas bien, sabemos más de los putos por las películas que por las noticias de la tele, o por los artículos de la prensa. O quizá soy yo, que siempre he vivido en provincias, en villorrios, muy alejado de las grandes ciudades donde existe la gente para todo, y los esclavos para cualquier cosa. Sauvage es una película urbana, urbanísima -desde luego no para todas las sensibilidades- que habla de sexo por dinero, y de sexo por compañía, con esa frialdad que tiene el sexo cuando no tiene nada que ver con el amor, sino con la pura gimnasia que ordeña los placeres.