Palomares: Días de playa y plutonio

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El incidente de Palomares se lee en 10 minutos, en su entrada de la Wikipedia: el choque de los aviones, los muertos, los rescatados... Las peripecias de los pescadores, que se lanzaron al rescate de los paracaidistas con sus barcos de Chanquete... El destino incierto de las bombas atómicas, que no explotaron porque esta tierra es santa, y pía -o al menos lo era en 1966- y aquí se rezaba mucho a los milagros de la Virgen, y a los favores del Niño Jesús.

En la Wikipedia, por supuesto, se cuenta lo del bañador de Fraga, y se discute si en realidad se mojó el body en Palomares o si lo hizo en Mojácar, aguas abajo, para que no le saliera un tercer huevo en el escroto, o un segundo ojete en el culo. También se cuenta que en Palomares, aunque nos riamos mucho con la tontería, no hubo paz y después gloria: las bombas no explotaron, pero el material radioactivo quedó por ahí, esparcido, y todavía hoy se respira en el polvo que levantan las motos al pasar. Por un momento he pensado que Nerja, el pueblo de Verano Azul, quedaba por las cercanías de Palomares, y que quizá la motocicleta de Pancho había hecho un estropicio en el genoma de sus compañeros. Eso explicaría algunas cosas... Pero no: Nerja queda a 200 kilómetros en línea recta. Aunque qué son, para las partículas radiactivas, 200 kilómetros cabalgando sobre los vientos y las mareas...

Uno venía al documental para que le ampliaran la información, y para que se la pusieran en imágenes. Pero no para que le abrumaran con esta catarata de testimonios, que al final es una tontaca de testigos que dicen que lo vieron, que estuvieron allí, que oyeron el estallido, que tenían un primo muy majo que vivía por las cercanías... Una retahíla infumable. Y hablo sólo del primer episodio, que es el único que he visto de los cuatro. Y el único que veré. Esto es un chicle estirado. Una cosa para justificar los presupuestos. Hay que comer, y yo eso lo entiendo, pero ver Palomares en plan didáctico es como buscar la pepita de oro en la corriente del Yukón. Que no era radioactiva.