TÁR

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TÁR es Tár, Lydia Tár, la directora de la Orquesta Filarmónica de Berlín. Yo pensaba que esto de “TÁR” era un acrónimo de algo -¿Tremenda Artista Reconocida?- pero se ve que no, que lo pusieron así para llamar la atención del espectador. O para ser más grandilocuentes que nadie, o más pedantes. 

Otras películas sobre grandes personajes fueron más modestas en su rotulación: Lenny Bruce, por ejemplo, era “Lenny”,  y George Patton, “Patton”, y Truman Capote, “Capote”. Los publicistas escribieron sus nombres de manera normal, como en las clases de EGB, con esa mayúscula primera y única que recomienda la Real Academia de la Lengua.

Pero me da que no es solo un asunto publicitario. Porque Lydia Tár es tan inmensa, tan intensa, tan pagada de sí misma, que de haber existido en verdad nunca hubiera consentido que la trataran como a los demás. Ella, aunque imaginaria, es mayúscula de por sí: en su talento, en su belleza, en sus apetitos sexuales. En su forma de andar por la vida. Genial y desmesurada; insufrible y volcánica. Así que mira, lo dejamos en TÀR, para que luzca mejor en las portadas de los discos y en las cabeceras de los carteles.

“TÁR”, la película, no es música clásica para dummies. Es música clásica para muy cafeteros. Va dirigida a un púbico muy exigente, paciente en extremo, el mismo que aguantaría sin pestañear “La consagración de la primavera” de Stravinsky. Yo no soy un principiante, pero tampoco aguantaría la obra de don Igor sin quejarme de algunos pasajes, o de levantarme alguna vez al cuarto de baño. O de mirar con disimulo el teléfono móvil a ver cómo va el Madrid en La Condomina. Creo que me explico.

A mí amigo no le gusta nada Cate Blanchett. A mí sí. Me parece una mujer guapísima y enigmática. Él dice que si la viera a nuestro lado, tomándose un café en la terraza, ni miraría para ella. Asegura que en La Pedanía hay como 20 mujeres más guapas que ella. Yo creo que mi amigo es un poco gilipollas. También creo que Cate Blanchett borda su papel. Un poco histriónica, quizá, cuando se sube al atril y agita la batuta.