Un nuevo Dreyfus

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El facherío español aplaudió con las orejas este documental estrenado en el año 2015. Y eso que el tal Cyrille, según cuentan en internet, es un anarquista de izquierdas muy próximo a la línea de Noam Chomsky. Pero como el documental, para derribar la teoría oficial y proponer su propia paranoia, utiliza artículos de El Inmundo, vomitonas de EsFalange y vídeos colgados por TeleFranco, esta gentuza se vio de algún modo respaldada y sacó más banderas rojigualdas a los balcones. 

Como yo no frecuento la fachosfera -sólo los deportes de la COPE y la tertulia de La Cultureta- no me enteré de su existencia hasta que el otro día, después de ver “Nos vemos en otra vida”, me dio por refrescar los recuerdos de aquel atentado y de las pesquisas posteriores. Y, oh mi sorpresa, “El nuevo Dreyfus” salía en todos los gugleos que tantearas: daba lo mismo que buscaras “Trashorras” que “suicidas de Leganés” o “Pedro Jota mentiroso”. O incluso “ministros del PP con la cara más dura que el cemento armado”.

¿Pero qué coño es esto, me dije? Así que pinché, y reconozco que lo primero que leí me sedujo porque yo en su día también propuse una tercera vía para explicar las causas de la masacre. Lo que pasa es que como no soy cineasta ni tertuliano de los medios, mis explicaciones encontraron el escaso de eco de dos amigos incrédulos y tres parroquianos borrachos que ni siquiera me escuchaban en el bar. 

Cyrille Martin propone que fueron agentes de la CIA los que planearon la matanza y luego le echaron la culpa a cuatro desgraciados marroquíes que pasaban por allí (sic). Lo que pasa es que luego no nos explica la razón geoestratégica de tal atrocidad. Cyrille se enreda con la dichosa mochila que no explotó y ya pierde el rumbo y el oremus. Como en todas las paranoias, el argumento está forzado y cogido por los pelos. Empiezo a pensar que a este tipo le han contratado la Conferencia Episcopal y el IBEX 35 para seguir tocando los cojones, mantener viva la cruzada y esperar un nuevo turno de gobernanza para bajar todavía más los impuestos, que los yates y los putos de lujo se están poniendo por las nubes con la inflación que nos han traído los rojos.