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Infiltrado en el KKKlan

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En este blog casi nunca se habla de tecnicismos porque de eso -de la ciencia cinematográfica, de la corrección de los planos o de los ajustes fotográficos- hay gente que sabe muchísimo más. Lo explican muy bien, con germanías, en otros blogs donde te dicen que Carl Theodor Dreyer era un maestro de esto, o Abbas Kiarostami un maestro de lo otro. Directores que por aquí, para vergüenza mía, para desdoro de mi cinefilia, sólo provocan bostezos de desencajarse la quijada. En las modestias de este blog solo se critica la mala elección de algún casting, que le resta verosimilitud a la historia, o la excesiva duración de algún metraje, que hubiera necesitado una poda evidente. Cositas así, de cinéfilo de provincias, opiniones más bien personales, de andar por casa, o por la terraza del café, para que se vea que uno también tiene su criterio, y su “sensibilidad artística”.

    Infiltrado en el Ku Klux Klan, por ejemplo, es un guion de Spike Lee a todas luces desmedido, con tramos que se vuelven pesaditos y discursos que se tornan redundantes. Y sin embargo, por esas cosas de la Academia -las compensaciones y los tributos, los contextos y los telediarios- el texto se ha llevado un Oscar reluciente para sorpresa de casi todos. Es muy interesante lo que cuenta Spike Lee en su película, pero no cómo lo cuenta. No da con el tono, se pasa con el metraje, pinta unos malos de pacotilla… Quiere hacer denuncia del racismo sureño pero luego mete chistes con calzador para que la peña de los centros comerciales se descojone con la estulticia caricaturesca de estos encapuchados. Una tontería… Pero la trama es interesante de por sí; Adam Driver llena la pantalla con su jeta y con su vozarrón; y al final, cuando parece que la película termina, y uno ya se levanta para tomar la leche y las galletitas antes de acostarse, la historia vuelve a empezar en forma de noticiero actual para denunciar que el racismo goza de muy buena salud en Estados Unidos -y ya no te digo nada en la Piel de Toro, con la que se avecina en las elecciones. Los hechos narrados en esta película no pertenecen, precisamente, a un pasado muy remoto de una galaxia muy lejana.




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