A mí es que me ponen una nave espacial, o un superhéroe
volando, o una actriz pelirroja fumando un cigarrillo, y ya me quedo enganchado
a cualquier cosa. Y, si luego, la cualquier cosa resulta que está muy
bien hecha, con diálogos frescos, actores en estado de gracia y actrices en
estado de gracio, pues mira, miel sobre hojuelas.
Es lo que me ha pasado, por ejemplo, con El vecino, que
tiene la sinopsis imbatible -como diría nuestro presidente- de un superhéroe de
andar por casa, de barrio de Madrid. Un remake a la ayusana de El gran héroe
americano, donde los personajes no paran de beber cervezas en sus pisos
minúsculos o en sus baretos del barrio. La diferencia con el clásico de nuestra
infancia es que aquí los superpoderes no los adquiere un hombre adulto, sino un
adulto que sólo fingía serlo; un espíritu libre -vamos a decirlo así- que
cuando se ve ordenado Caballero de la Galaxia ya no sabe ni qué hacer con su
vida.
Si, como sostenía el tío de Peter Parker, un gran poder
conlleva una gran responsabilidad, un gran poder, caído en manos de un tipo que
es irresponsable por definición, sólo puede originar esto que se ve en
pantalla: una serie descacharrante, y bizarra, como aquel supervillano de los
cómics de mi infancia, el Bizarro, que era la antítesis especular de todas las
virtudes de Supermán. ¿Quiere esto decir que Clara Lago, en la serie, también
es la antítesis lamentable de Lois Lane? No. Vamos, ni de coña.
De todos modos, yo entiendo a Javi, el superhéroe madrileño.
Je suis Javi. Si a mí me tocara la lotería del superpoder galáctico haría como
él: lo primero, arreglar el desaguisado de mi vida, el amor, y el trabajo, y
mi relación con el Real Madrid. Y ya luego, una vez alcanzada la paz interior,
tan necesaria para abordar cualquier empresa, lanzarme a ayudar a los demás: a
detener trenes descarrilados, y a levantar aviones que se caen, y a reponer en
su sitio el cartel de Tío Pepe que ya se desplomaba. Las labores habituales de cualquier
superhéroe que se precie. No sé si la segunda temporada de El vecino irá de eso.
Espero que no. Aún queda mucha tela que cortar en la vida privada de nuestro
superhéroe. Muchas risas que echar.
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