CODA

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A veces, la academia de Hollywood premia películas incomprensibles que luego con los años se descubren muy válidas, y nosotros, que no estábamos muy de acuerdo, tenemos que rectificar con un gruñido. Es como si esas películas se adelantaran a su tiempo y sólo ellos, los académicos, pudieran vislumbrar el futuro de nuestros gustos. Ahora mismo no me viene ninguna a la meninge, pero sé que existen porque este tema ya salió en una tertulia de los bares. Y además ahora tengo sueño, o jaqueca, en la resaca de la noche.

“CODA”, desde luego, no va a ser una de estas revelaciones tardías. Apostaría una yema completa de mi afamada vitalidad...  Como no lo fueron, tampoco, “Green Book”, o “Moonlight”, o “Doce años de esclavitud”. Ni “Gente corriente”, ni “Chicago”, ni “La forma del agua”... Películas todas que la historia devoró. Que el recuerdo metió en una caja del desván. Películas que ahora valen un euro y medio en los expositores de segunda mano. Películas que en su día vimos, digerimos y luego pasamos a otra cosa buscando emociones más fuertes. Aves de paso. Ni siquiera amores de fin de semana, pues ni amores llegaron a ser.

CODA no es que sea mala ni buena. Es que es... una nadería. Es una TV movie de Apple como podría ser una TV movie de Antena 3. Es inocente y boba. Bienintencionada y aburrida. No tiene chicha ni limoná. Es blanca como la nieve de las alturas. No hay grises, no hay laberintos, no hay nada retorcido. Y la vida, ya lo sabemos, siempre es retorcida... CODA es escapismo, pero escapismo tonto. CODA es en esencia un episodio doble de “Glee”, aquella serie de la chavalada que bailaba. Está el profesor hueso, y el amor de instituto, y la familia a contracorriente. No falta nada. Dios mío: CODA es tan previsible, tan anticipable... Tan ñoña. Tan bonita e inocua. Tan peligrosa, también, con su mensaje del you can get if you want...

 Ayer comentábamos en el café que la podíamos haber escrito cualquiera de nosotros, echando a volar la imaginación sobre un cuadernillo de notas. Luego supimos que CODA misma es el remake de una película francesa. Pues fíjate...