🌟🌟🌟🌟🌟
- Cariño,
he de ser sincero contigo. Tú y yo no podemos casarnos.
- ¿Por
qué no?
- Pues,
primero porque no soy rubio natural. Vamos, es que ni soy rubio, como puedes
comprobar. Y jamás me teñiría de rubio si me lo pidieras.
- No me
importa.
- Y no
fumo. ¡No fumo nada! Aunque me gustaría, ¿sabes?, porque cuando me pongo
nervioso, en lugar de meter un pitillo en la boca y entretenerla, digo cosas de
las que al final siempre me arrepiento. Los fumadores son más elegantes por
eso, porque se callan mientras fuman.
- Me es
igual.
- ¡Tengo
un horrible pasado! Como todo el mundo. No con una saxofonista, pero casi.
- Te lo
perdono.
- Nunca
podré tener hijos. Más hijos, quiero decir. Y aunque pudiera, ya no sería su
padre, sino su abuelo.
- Los
adoptaremos.
- No me
comprendes, cariño. No soy un hombre. Soy un medio hombre que llora con las
películas, que se emociona con los violines, que no tiene carnet de conducir.
Que no sabe nada de mecánica y no podría arreglarte ni un enchufe miserable.
Que no tiene aspiraciones de gourmet ni habilidades de cocinero. Que se pasa la
vida viendo fútbol, y leyendo y escribiendo, y soñando pájaros. Un perfecto
inútil.
- Bueno,
nadie es perfecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario