Mostrando entradas con la etiqueta Bruno Stagnaro. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Bruno Stagnaro. Mostrar todas las entradas

El eternauta

🌟🌟

Si a ellos les da igual, a este espectador le pasa tres cuartos de lo mismo: no me altero, no me emociono, paso los diálogos con el mando a distancia para llegar pronto a la chicha de los tiroteos. Es vergonzoso y lo sé, pero jopelines... A los argentinos de “El eternauta” les llega el fin del mundo y es como si estuvieran de luto por una derrota de su equipo. No más. Yo he visto a gente más traumatizada en el Monumental de River o en la Bombonera de Boca cuando recibían un gol del equipo contrario. Los eternautas están tristes, sí, pero nunca entran en histeria o se desesperan. 


- ¡Anselmo, no, no salgas a la calle sin protección...!


(Muerte instantánea de Anselmo, que era un amigo de toda la vida)


- ¡Será boludo! Mirá que se lo dije... (intento infructuoso de llorar)  Bueno, el muerto al hoyo y el vivo al bollo. ¿Te quedá un poco de mate por ahí?


En el fondo yo les entiendo. Los argentinos deben de estar hasta los cojones de todo. Desde que tengo uso de razón siempre les he conocido metidos en alguna crisis irreparable. Así, a vuelapluma, recuerdo la dictadura militar, la guerra de las Malvinas, el corralito financiero, la inflación galopante, la muerte de Maradona, la motosierra de Milei... Salen de una solo para terminar en otra. Para ellos, el fin del mundo no es más que la consecuencia lógica de su historia; el argumento muy previsible del último capítulo de su telenovela.

Dentro de la misma serie, los supervivientes tienen que enfrentarse a una nieve tóxica, a una plaga de cucarachas gigantes y a una invasión de los ultracuerpos en versión sudamericana. Un puro sinvivir, dentro del sinvivir definitivo.  “El eternauta” podría ser, de hecho, una alegoría de la vida ya casi rutinaria de los argentinos: una lucha encarnizada por la existencia y luego, por la noche, o en el descanso de la batalla, una cháchara continua sobre la tragicomedia de vivir.





Leer más...