Monty Python: Almost the Truth


🌟🌟🌟🌟🌟

Mucho antes de que se inventara el correo electrónico ellos ya habían patentado el spam. Eran unos genios. Los Python también nos desvelaron el sentido de la vida, que al final, la verdad, tampoco era nada del otro mundo: sólo ser amables con los demás y pasear y divertirse. Ellos nos enseñaron a mirar el lado luminoso de la vida cuando las cosas vienen jodidas de verdad. Además de humor escribían libros de autoayuda. Los Python inventaron la máquina que hace “¡ping!” y nos dejaron el número cómico más descacharrante de la historia. Porque todo esperma es sagrado, sí, aunque cada uno lo entienda a su manera.

Creo que de seis ya sólo quedan cuatro. Se nos han hecho muy mayores. Antes, cuando se moría un famoso de la farándula, te enterabas muy rápido gracias al periódico de papel. Ibas a la sección de cultura y ahí estaba su obituario. Llevar la cuenta era muy fácil. Pero ahora, con el periódico digital, tienes que despellejarte el dedo haciendo scroll para llegar a esas noticias tan importantes, abriéndote paso entre la inmundicia política y la guerra de los sexos. Cuando se murió Terry Jones no me enteré y me jodió bastante mi propia deslealtad.

De todos los personajes históricos que nunca fueron pero podían haber sido -el quinto Beatle, el decimotercer apóstol, el sexto integrante de la Quinta del Buitre- a mí me hubiera gustado ser el séptimo miembro de los Monty Python. Hubiera dado, no sé, uno de estos huevos improductivos. O los dos. Para eso tendría que haber nacido británico, o americano de Minnesota, y estudiar en Oxford o en Cambridge una carrera de alta consideración. Ser la hostia de inteligente, y de ocurrente, y de ególatra también. Ya digo que es un sueño que yo tengo. 

Hubiera vendido mi alma por sentarme a su lado en un escritorio redondo -o en una mesa cuadrada- y colaborar en los sketches y en las paridas. Haber viajado con ellos a las Bahamas cuando llegaba la crisis creativa. Discutir con muy malas pulgas aspectos del guion o del vestuario. Amasar unos cuantos millones con los contratos y los royalties. Y luego, ya en el semiolvido, desvelar algunas maldades y nostalgias en las entrevistas muy jugosas de un Blu-Ray.





No hay comentarios:

Publicar un comentario