Moonage Daydream

 🌟🌟

¿Cómo llamar a los fans incondicionales de David Bowie? ¿Davidbowenses? ¿Davidbowianos? Resulta difícil, casi retorcido, colocar el sufijo cuando el nombre del ídolo, o del dios, o del mito musical, termina en una vocal anglosajona. O en doble vocal, como sucede en este caso. Prueben, si no, a denominar a los imitadores de Elvis Presley...

“Moonage Daydream” está dirigido a ellos y sólo a ellos: los apóstoles de David Bowie, se llamen como se llamen. Ahora que David ascendió a los Cielos - que se dispersó entre las energías del Universo- sobre ellos recae la responsabilidad de extender su palabra por el orbe. Para los demás espectadores, el documental es un arcano, una psicodelia, un misterio lejano de Eleusis. “Moonage Daydream” es un rito privado; un simposio universitario. Una catequesis para catequistas y no para catecúmenos. Una eucaristía para los usuarios registrados, y yo diría casi para los usuarios Premium: los que siguen dejando sus dineros en la discografía, en la vestimenta, en el fetiche ocasional... Los nostálgicos del glam y los que desentrañan esas tan letras esotéricas.

Los demás, que somos los gentiles, los legos que veníamos movidos solo por la curiosidad, no hemos entendido de la misa la media. El documental es un viaje lisérgico sin norte ni sur, sin pasado ni futuro. O lo cuenta todo -y yo no me he enterado- o no cuenta nada -y no se han enterado los que dicen haberse enterado. No sé si me explico... Lo mismo te aparece David Bowie de chavaluco, con sus pintas de chalado -vamos a decirlo todo-, que te aparece de señor mayor con esa presencia magnética que traspasaba. Pero todo está barajado como al tuntún, como hecho adrede para despistar.

Yo, la verdad, me he quedado como estaba. Quería saber algo más de Bowie porque T. es una gran entusiasta, y porque a mí me conmueve hasta el cimborrio esa canción titulada “Héroes”. Y porque Bowie, en el cine, siempre dejaba un extraño poso de saber estar. Pero tendré que buscarme otra fuente de información, o de inspiración. Habrá que leer otro evangelio menos abstruso. Alguno apócrifo rondará por ahí.