Mostrando entradas con la etiqueta American Fiction. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta American Fiction. Mostrar todas las entradas

American Fiction

🌟🌟🌟


Ahora que llega el buen tiempo y que la gente pasea sus libros por parques y terrazas, vuelvo a constatar que nueve de cada diez lectores no son tales, sino lectoras. Los hombres ya no leen, o solo leen en la intimidad, como cuando Aznar leía en catalán para hacerse político de provecho. 

Los hombres han aprendido que leyendo no se conquista a ninguna mujer y han optado por otros anzuelos más eficaces. Lo de buscar pareja con un libro abierto es una táctica ya casi decimonónica, de cuando un hombre capaz de entender dos párrafos seguidos demostraba un mínimo de inteligencia y podía aspirar a un buen puesto en la administración. Pero ahora que los analfabetos han tomado el poder la cultura está muy mal vista, y los gafosos hemos caído al penúltimo puesto en la cadena alimentaria. 

(Y además era mentira: si repasamos el mito cinematográfico del hombre lector que atraía las miradas mujeriles, descubrimos que solo triunfaban los que ya eran guapos de natura, y que el libro solo era la guinda de un pastel muy apetitoso de por sí). 

Quiero decir que a los juntaletras aspiracionales y a los autopublicados miserables no nos queda otro remedio que escribir novelas que gusten a las mujeres si queremos que las editoriales nos hagan caso y nos saquen de excursión, como los hermanos escolapios, a firmar libros por ahí, y a pasar noches de hotel fuera de nuestra aldea. El sueño de seductor de plantarte en Málaga o en Logroño y conocer a una admiradora que se pirra por tus huesos literarios. ¿Pero qué les gusta a las mujeres, ay? Son tan distintas, y tan contradictorias... ¿Por dónde empezar esta farsa, esta venta del alma en oferta a un editor?

Y no: no se me ha ido la olla. “American Fiction” va de un escritor que desearía tener éxito con lo suyo, con sus pedradas académicas, lejos del mainstream de la “literatura negra”, pero que ante la falta de monetario se traiciona a sí mismo y escribe una castaña pilonga para consumo de las masas. Motherfucker y tal... El fracaso le condenaba al anonimato pero le dejaba dormir en paz. Ahora el éxito le llena la cuenta bancaria pero le condena al insomnio. Es lo malo de nacer con escrúpulos.





Leer más...