Arthur Rambo

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Yo también he escrito alguna que otra barbaridad en las redes sociales. Antes más que ahora, la verdad, porque ya conozco el percal y los peligros de dejarse llevar. Quisiera recordar aquí alguna, a modo de ejemplo, para establecer un paralelismo personal con Arthur Rambo y su lengua larga, y sus dedos ágiles. Pero mi memoria, que me mima, y me protege de todo lo malo, no me deja. Mejor así.

Pero sé, por mucho que mi memoria lo censure, que he escrito cosas que bordean el límite del buen gusto, o que lo traspasan, con un pie puesto en lo valiente y otro en la temeridad. Un Coloso de Rodas algo estúpido e inestable. Supongo que algunas tonterías todavía andan por ahí, flotando en la nube, como gas metano maloliente. Sé de una persona que las recopila -o las recopilaba- para esgrimirlas como argumento de que yo no soy tan majo como parezco. Lo que es un ejercicio inútil, y una pérdida de tiempo lamentable, porque yo mismo, y Billy Wilder, y las personas que me quieren, ya sabemos que Augusto Faroni dista mucho de ser un hombre perfecto, y que de vez en cuando mete la gamba, o la pata, hasta el corvejón, y a veces incluso más arriba.

Que tengo mis aristas, y mis pedradas, y mis huellas dactilares dejadas en la mierda. Como todo el mundo, supongo, solo que yo dejaba constancia por escrito, y no me limitaba a soltar paridas en la terraza del bar. La verdad es que no sé qué coño pretendía: dármelas de atrevido, de outsider, de opinante original.  O, simplemente, devoto como soy de la diosa Shiva, por tratar de “hacer de reír”, como decía el señor Barragán.

No sé... Quería ver “Arthur Rambo” porque yo también estoy a punto de alcanzar la gloria literaria -es un decir- y sé que el día que los admiradores me aplaudan, y los periodistas me entrevisten, y todas las personas que me quieren me den besos y abrazos, alguien tirará de hemeroteca y sacará a colación que yo una vez, por ejemplo, porque de esa sí que me acuerdo, me metí mucho con Karim Benzema y propuse hasta venderlo por una cantidad razonable. Y ahora ya ves: campeones de Europa, gracias a su magisterio.