🌟🌟🌟
¿Somos hijos de la experiencia o de la herencia? El debate es eterno, de guerra de trincheras, y lo seguirá siendo hasta que la ciencia no publique una conclusión irrebatible.
Llevamos más
de un siglo haciendo experimentos con palomas y con seres humanos y los
teóricos del asunto siguen sin ponerse de acuerdo. Yo, por mi parte, aunque me
gano la vida aplicando las ciencias educativas, luego, en mi retiro espiritual,
en las catacumbas de mi biblioteca, milito en el ejército de los que creen que
somos pura herencia y puro gen. Máquinas predestinadas. Trenes que van por el
carrilito de su vía, en busca de su destino.
En mi teoría -minoritaria,
a contra corriente, puede que ni siquiera confesable- la educación sólo es un
pátina, y la experiencia poco más que una llovizna. Nada de lo que pasa nos
deconstruye por dentro. La sucesión de bases nitrogenadas que determina lo que
somos no se descabala por las cosas de la vida. Únicamente una mutación
aleatoria o una radiación ultravioleta pueden hacer que dejemos de ser quienes
somos. Cambiarnos de verdad. Venimos al mundo hechos de carne, pero esculpidos
en piedra.
La ira, por ejemplo... “Aflicción”
es una película que habla sobre la heredabilidad de la ira. Schrader no se posiciona,
pero abre el debate. Yo creo que está conmigo, pero claro: eso lo digo yo. En “Aflicción·,
los hermanos Whitehouse fueron maltratados por el mismo padre borracho e
iracundo, allá en las nieves de New Hampshire. Recibieron hostias como panes y
castigos como esclavos. Uno de ellos se largó y terminó siendo un
escritor de prestigio. Cuando aparece en la trama le rodea un halo de
mansedumbre. Es como si nada le hubiera calado. O quizá solo disimula.
Su hermano, en cambio,
más corto de alcance, y también más corto de entendederas, heredó la tendencia
a la chifladura momentánea, a la ida de olla ocasional. No parece un mal tipo,
el bueno de Walter, pero en fin: que se le va la mano. A veces se entrega a la dipsomanía.
A veces no mide. Es como una fotocopia desleída de su padre. ¿Tuvo mala
suerte en la lotería de los genes? ¿Una vida distinta pudo haberle rescatado?
Debates y debates...
No hay comentarios:
Publicar un comentario