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Salvando la voz de Agustín Almodóvar, que en la ferretería del
barrio dice parcamente: “Fifty euros”, y la voz del bombero que en la escena
final pregunta: “¿Está usted bien, señora?”, sólo hay una voz humana en los
treinta minutos que dura La voz humana. Es la voz de Tilda Swinton, claro,
que aquí no se llama Tilda, sino simplemente “Woman”, así, en genérico, la Mujer,
porque su monólogo de amante despechada es universal, arquetípico, y puede servir
de advertencia a las novicias, y de recordatorio, a las graduadas.
¿He dicho monólogo? Pues no, mal expresado, porque el cogollo
de la función es una conversación telefónica entre la mujer y el hombre, que
son, ya digo, la Mujer y el Hombre. Lo que pasa es que sólo la escuchamos a
ella, y ese detalle, que al principio nos predispone a su favor, porque hay que
ser de piedra para no compadecerse de alguien que llora a moco tendido, luego,
al final, nos deja pensativos sobre las razones del desencuentro. Tilda se nos
muestra destrozada, barbitúrica, a punto de cometer cualquier barbaridad, humillada
por un fulano que ya no piensa ni aparecer por casa para despedirse, metido ya en
la cama de otra mujer más joven o más hermosa. O más rica, a saber, aunque eso
parece difícil, porque el nido del ex amor es un loft de la hostia, con
decoración exclusiva, y mucho arte posmoderno en las paredes.
Ya digo que uno, de entrada, está con Tilda Swinton y su desamparo, porque quién no ha
estado así alguna vez, destrozado por dentro, sanguinolento en las entrañas, pensando
que ha tirado años enteros a la basura, como tartas de boda que nunca se comieron.
Años de mierda al lado de una persona que
era el epicentro de la vida y ahora sólo es un retortijón en la barriga. Pero
claro: sólo la escuchamos a ella, y a mí me da que esta mujer tampoco es el paradigma
del equilibrio emocional... No sé, cosas mías.
Lo que sí está claro es que el fulano es un cabronazo que no
ha recogido a su propio perrete, que es la única voz animal de la función. No
ir a despedirse de su ex amante está mal, pero bueno, hay cosas peores. Pero no
pasar a por tu perro... Quien abandona a
un perro no merece ni una mierda de comprensión.
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