Review. Temporada 2

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Sí. Usted ha visto bien: le he puesto seis estrellas a la segunda temporada de “Review”. No es que sea mejor que la primera, o que la tercera. Es la misma puta maravilla, la misma puta locura. Lo que pasa es que en esta andanada le han propuesto a Forrest saltarse sus propias normas, y poner una estrella de más a las cinco que son el máximo permitido. Y yo, en solidaridad con el santo patrón de mi blog, que es quien pone las estrellas ahí arriba, también he decidido saltarme mis normas por una vez..

Por lo demás, y siguiendo el hilo de las desventuras Forrest MacNeil en la segunda temporada, he de decir que jamás me he peleado con nadie porque sí, a lo macarra de barrio, y que nunca he chantajeado a nadie a no ser en las pequeñas escaramuzas de la vida doméstica. Nunca he puesto la pilila en un gloryhole ni creo que lo vaya a hacer jamás, pero no por virtud, sino por timidez, y porque aquí, además, en La Pedanía, no hay de esas cosas.

Jamás le he dicho a nadie que la homosexualidad “se cura”, y nunca he practicado sexo en un avión, ni en ningún aparato locomotor. Pero sí he sido acusado falsamente. Jamás me acosté con ninguna de mis profesoras, ni de rapaz ni en la universidad, aunque con alguna ganas me quedaron. No puedo ser una persona bajita ni aunque me lo proponga, y sobre fundar sectas con las que hay creo que ya es suficiente.

Me gustaría tener un cuerpo perfecto, pero no hay ejercicio ni dieta que pueda con esta osamenta. Hago catfish en internet con fotos que llevan varios meses desfasadas. Mil perdones. Prometo actualizaciones -desoladoras- e inmediatas. Jamás he dormido en casas encantadas, pero sí al lado de alguna fantasma, y con mucho ruido de los vecinos. De niño jugué a hacer el indio como Guillermo Tell, pero eran flechas con ventosa, del badulaque, y con botes de plástico en la cabeza. Las manzanas del frutero estaban contadas. (Continuará)