🌟🌟🌟🌟
Al final de la película, mientras
salen sobreimpresionados los títulos de crédito, -cómo echamos de menos esos créditos del cine clásico- una voz en off ruega a los espectadores que guarden
silencio sobre el giro final de la película. Que no se lo cuenten a nadie para no
jorobarles la sorpresa y mantener el flujo de espectadores a las plateas. Una petición
2x1: buena para el espíritu y buena para
el negocio.
“¡Ostras! ¿No sabes? Al
final de la película ella..., y él... ¡Buf! Nos quedamos con la boca abierta...”
Y ya la jodías con "Testigo de cargo". Como hay gente que ahora te jode las ficciones que llevabas por
la mitad o tenías pendientes de estrenar. Yo -lo reconozco- he sido tantas veces jodido
como jodedor. Ya dijo Camilo José Cela que no es lo mismo estar jodido que
estar jodiendo, y le doy toda la razón. Solo se parecen en que te quedas con la misma cara de bobo: jodiendo, porque has metido la pata y
sientes vergüenza de ti mismo; y jodido, porque te pinchan el globo y reprimes las ganas de
asesinar.
¿Cuándo prescriben los spoilers?
Supongo que nunca. “Testigo de cargo”, por ejemplo, lleva 65 años rodando por
las cinefilias. Acaba de cumplir la edad de jubilación y sin embargo yo no me
atrevería a abrir un debate sobre ese
final de las mandíbulas descolgadas. Siempre hay alguien que no la vio, o que le gustaría revisarla... De hecho, yo no debería dejar ni siquiera esa
pista. Porque entonces ya pongo en guardia, y en cierto modo adultero el “hecho
visionario”. De hecho, debería dejar ya de escribir...
(Ahora que está a punto
de comenzar el Mundial de Qatar, conviene recordar a Alfredo Di Stéfano de comentarista
en el Mundial 90. Pasaban por la noche, en diferido, el Alemania-Yugoslavia de
la primera fase. En el salón de mi casa, yo solo conmigo mismo, todo era expectación
y palomitas. Y de pronto, don Alfredo, acomodado en la silla del estudio, olvidando
que los espectadores no sabíamos el resultado, nos dice a modo de presentación: “Alemania jugó muy
bien. Y, bueno... Yugoslavia también.”. Puedo dar testimonio de ello, como testigo
de cargo. Al final ganó Alemania 4-1, ya sin emoción ni congoja).
No hay comentarios:
Publicar un comentario