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Cuenta la leyenda -porque es una leyenda, no hay registro en el diario de sesiones- que en 1977, cuando era senador, a Camilo José Cela le pillaron dormido en su escaño. Al parecer, ante la recriminación del presidente de la Cámara, C. J. C. respondió:
- Estaba durmiendo, no dormido.
- ¿Y no es lo mismo? – le afeó el presidente.
- Pues no, como tampoco es lo mismo estar jodido que estar jodiendo.
Me acordé de la famosa anécdota de don Camilo mientras veía “Boogie Nights” porque aquí, contradiciendo un poco al premio Nobel de la Guía Campsa, todo el mundo está jodido y está jodiendo al mismo tiempo. Hablamos, por supuesto, del mundo del cine porno en los años 70, en California, antes de que el videocasete se convirtiera en un electrodoméstico al alcance del proletariado y las películas guarras abandonaran los cines X de las grandes capitales para echar raíces en barrios periféricos muy parecidos al mío, donde la muchachada irredenta fue encontrando poco a poco el sustento y la perdición.
Entre los personajes de “Boogie Nights” hay un poco de todo, como en los viñedos más calentorros del Señor: hay prostitutas, cocainómanos, heroinómanas, erotómanos, pervertidos de catálogo y varios gilipollas que se creen Cecil B. DeMille por filmar mamadas con música suave y ambiente de luces desvanecidas. Unos acabaron en el porno por estar jodidos y otros terminaron jodidos por haber entrado en el cine porno. Los hay, también, que son una pescadilla de jodiendas que se muerde la cola o el rabo sin encontrar nunca la respuesta. Todos, o casi todos, son víctimas de su carácter y de sus circunstancias. Los caminos del Señor son inescrutables y a veces te llevan por los senderos más insospechados.
Pienso, por ejemplo, en qué hubiera sido de mí mismo si en vez de nacer justo en el medio de la campana de Gauss hubiera nacido con esos 33 centímetros de pollón que luce Dirk Diggler en sus actuaciones. Alguno dirá: cuando vas vestido eso no se nota. Pues fíjate, yo creo que no, que de algún modo te lo captan en la mirada, o en los andares. Los envidiosos, y las mujeres.